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Gentrificación, un fenómeno que afecta las dinámicas de las sociedades

Su aparición ha impactado a varias ciudades en el mundo. Casi el 70 por ciento de estas nuevas áreas en EE. UU. son adyacentes a barrios afluentes y afectan, sobre todo, a los arrendatarios.

Es una palabra que suena difícil, pero la gentrificación no es sino la migración de clases acomodadas a barrios poco deseables e inseguros creando un impacto mixto en los residentes originales de aquellas áreas.

Existen variantes en el espectro de la gentrificación: la básica urbana (migración a zonas complicadas), la de la ‘copacion’ de los centros históricos por nómadas digitales o turistas y la gentrificación de país a país.

La gentrificación básica es la que ocurre al interior de las ciudades de un barrio a otro. Los casos típicos de las grandes urbes con una alta concentración de personas ricas como Nueva York, Miami, Londres, Washington DC, Madrid,Hamburgo, por citar algunas.

Probablemente el caso más cercano y conocido sea el antiguo barrio de talleres artísticos Wynwood en Miami que apostó a rezonificarse y atraer desarrolladores de edificios de viviendas de lujo en un barrio bohemio rodeado de áreas de alto nivel de criminalidad.

Estos fenómenos se ven acelerados por una demanda creciente por residencias high end, la falta de terrenos en las áreas más apetecibles de estas grandes ciudades y el costo atractivo (mucho menor) de aquellas áreas adyacentes.

El resultado de esa migración trae consigo la revalorización de las propiedades, la atracción de otros negocios complementarios desde co-workings, tiendas, cafés, restaurantes de lujo y similares que acompañan los gustos(y billeteras) de los nuevos residentes pero que encarece el costo de vida de los antiguos que no pueden pagar los nuevos servicios o los nuevos impuestos a sus propiedades o, en el caso de aquellos que rentaban, los costos de los alquileres.

Se genera así una fuerza centrípeta social que va desplazando cada vez más a las familias trabajadoras de los centros de negocio, empleo y académicos que son el motor de las sociedades con oportunidades para todos, otro principio del liberalismo. Las consecuencias son miles de desplazados a las periferias, homeless (personas sin hogar), hacinamiento de varias familias en espacios reducidos (vida comunal forzada) o miles que se unen a los campers rodantes –cada vez más visibles en las afueras de las ciudades chic de Europa– porque no pueden pagar ni alquileres o una casa.

Las ciudades opulentas y un cada vez más creciente anillo urbano de pobres. Si bien el fenómeno se sustenta en el libre mercado –del cual soy ferviente defensor– se impone dar una mirada sociológica y demográfica para anticipar tensiones sociales en el futuro del primermundoy su impacto en las familias. ¿Cómo afecta esta tendencia en Latinoamérica? Aquí se da una variante de la gentrificación: la de un país rico a ciudades cómodas de nuestra región.

A raíz del Covid, y el incremento de los llamados nómadas digitales, se ha evidenciado la migración de profesionales freelancers de países con costo de vida altos a países, ciudades, barrios en realidad, cómodos y con un costo de vida mucho menor comparado a su ciudad de origen. Buenos Aires (Recoleta, Barrio Norte), Bogotá (Chicó, La Cabrera, Rosales), Ciudad de México (La Condesa, Roma) o Lima (Miraflores) han visto cómo se ha incrementado esa población en principio itinerante con un mayor poder adquisitivo que son tan apreciados por los negocios.

Si bien tradicionalmente las ciudades de Latinoamérica son claramente estratificadas, el fenómeno de esta gentrificación particular afecta a los barrios más afluentes haciéndolos aún más inalcanzables para las clases medias y su gran legión de arrendatarios.

Nómadas digitales y en algunos casos personas retiradas encuentran en nuestras ciudades una oportunidad de calidad de vida mejor y más barata que en la de sus propias ciudades tomando ventaja dela cada vez más creciente industria de los Airbnbs y similares y que suelen ser una opción más apetecible para los dueños de aquellas propiedades / apartamentos en estas áreas desplazando a los arrendatarios tradicionales o aumentando estratosféricamente el valor de la oferta.

El resultado: menos oportunidades( o en todo caso más caras) para los profesionales aspiraciones locales. Este efecto no es malo per se, otra vez, sustentados por el libre mercado, pero acaso la conclusión de este artículo es la necesidad de monitorear ese efecto en el largo plazo porque se genera una inflación móvil que tiende a afectar a los más pobres y que dibuja un mapa social cada vez más complicado, menos diverso y potencialmente explosivo.

Los más pesimistas se preguntan si nos estamos enfrentando a una situación pre hunger games–el tejido social de las grandes ciudades pierde diversidad con los peligros que acarrea la creación de islas cada vez menos integradas a las oportunidades– o si solo es un reacomodo geográfico y demográfico de lo que siempre ha existido en el mundo: los de arriba y los de abajo.

Publicado originalmente en Diario El Tiempo el 09/05/2024

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