Cultura

Employee Value Proposition (EVP)


La marca empleadora como herramienta de retención de talento.

De la misma manera que cualquier producto o servicio que se pone a disposición de mercado debe tener inherente una proposición de valor que lo haga atractivo a los potenciales consumidores, la propuesta de valor empleadora o EVP por sus siglas en inglés, debe también ofrecer una propuesta integral para atraer y retener talento.

Hablando en términos gastronómicos, existen varios ingredientes para que este plato no solo luzca bien, sino que sepa aún mejor y pueda convertirse en el plato bandera en medio de un food court en busca de clientes (en este caso, talento dentro y fuera de la empresa) que nos escojan y quieran quedarse siempre. De acuerdo a mi experiencia, existen cinco factores que no pueden faltar en un EVP:

Primero, siempre lo obvio, el negocio: la empresa debe ser exitosa. Por lo menos moderadamente en términos de alcanzar de manera consistente sus metas organizacionales, financieras o sociales. Pocas personas quieren trabajar en una empresa a la que no le está yendo bien. El mercado lo sabe.

Segundo, la cultura organizacional debe acoger a sus colaboradores y a los prospectos. Ojo, no es un tema de valores (solamente) ni de cultura inspiradora, sino de la operacional, de la real, la que se refleja en cómo se hacen las cosas día a día. O entusiasma o te disminuye la energía. Sufrimiento cultural es la razón número uno para dejar una organización.

La propuesta de valor debe, sin duda, proveer una ruta de crecimiento profesional. Cada paso hacia adelante implica expandir las competencias y ser motivadores de cada profesional. En la ausencia de una posibilidad de crecer, un profesional con talento va a empezar a ver opciones fuera de la empresa que le permita alcanzar mayores y mejores desafíos profesionales y roles.

La meritocracia es el cuarto ingrediente. Los logros alcanzados de manera consistente deben ir acompañados de recompensa por parte de la empresa: compensacion básica, variable anual e idealmente de largo plazo (stock o similares); reconocimiento en oportunidades profesionales , desde promociones hasta exposición ejecutiva y participación de proyectos estratégicos. Aquí el concepto clave es meritocracia, oportunidades para todos con diversidad y equidad.

El quinto elemento es el involucramiento de la empresa con la sociedad que lo acoge. Llámelo ESG, Corporate Social Responsibility o directamente un propósito que, llevado a la acción, promueva el impacto positivo en temas sociales que inspire a sus colaboradores (and beyond).

El diferenciador para estos factores (particularmente los cuatro últimos) es que se realicen de manera estructurada (acciones sin estrategias se desvanecen en el tiempo y son ellos la propuesta de valor) y sobretodo con autenticidad, caso se contrario se va diluir en el tiempo.

Publicado originalmente en Diario Gestión el 12/06/2023

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